Descubre los secretos para proteger tu equipo durante tus aventuras. Sigue estos consejos expertos para garantizar la seguridad y rendimiento óptimo en cualquier entorno.
Por: Belén Etchegaray © FNA – Fotografía de Naturaleza Argentina
Cuidado del equipo fotográfico
Las largas horas de caminata bajo temperaturas extremas hacen que el fotógrafo sufra las inclemencias del tiempo a cada paso, y sus equipos no están salvos de ellos, por lo que aquí les entrego una serie de recomendaciones para tener en cuenta en lo que respecta al cuidado del equipo.
La mochila
La estrella indiscutible a la hora de hablar de protección de nuestro equipo, es la mochila.
Más allá de ser amplia y cómoda, tendrá que asegurarte que sea lo suficientemente “mullida” como para soportar caídas y golpes sin que el equipo salga afectado.
Es una de las inversiones que más valen la pena, dado que nunca estamos exentos de tropezar, caer y resbalar en nuestras caminatas poniendo en riesgo nuestro equipo.
Existen en el mercado variados modelos y precios, busca aquel que se adapte mejor al equipo que poseas, pero no escatimes en hacer una buena inversión dado que, en caso de accidente, siempre agradecerá haber gastado un poco más en una mochila adecuada gracias a la cual se habrá ahorrado tener que enviar al service o cambiar gran parte de su equipo.
Teniendo en cuenta que solemos movernos por lugares solitarios, no es mala idea buscar un modelo que no delate que llevamos un equipo fotográfico; de esta manera podremos caminar tranquilos sin estar pendiente de eventuales robos.
De igual manera, será de mucha utilidad que la misma cuente con una protección impermeable que la resguarde de la lluvia. De no contar con ella, una bolsa plástica de buen tamaño (de consorcio o similar) será de mucha ayuda para envolver y proteger toda la mochila en caso que la lluvia lo sorprenda a mitad de camino.
Llévela siempre como parte de su equipo!
Bolsos especiales para equipos fotográficos
Son ideales para proteger el equipo en caso de caídas. También puede colocarlos dentro de otra mochila de acampada para que, de esta manera, nadie denote que llevamos un equipo fotográfico mientras lo mantenemos protegido de los accidentes.
En oferta de bolsos y mochilas especialmente diseñadas no escatimes dinero a la hora de buscar aquella que consideres más segura y que protegerá mejor a tu equipo.
Si no deseamos llevar nuestra mochila fotográfica, se puede optar por cualquier mochila siempre que adentro el equipo se encuentre debidamente protegido con bolsos especiales de menor tamaño.
El frío y el equipo fotográfico
Si planeas hacer fotografías en invierno, tendrás que tener en cuenta que a temperaturas extremas deberá también extremar las precauciones.
En ambientes con temperaturas muy bajas puede que tu equipo no responda correctamente, e incluso que deje de funcionar; sin descontar que las baterías y pilas durarán menos.
Para solucionar esto, proteje la cámara con la temperatura corporal manteniéndola lo más cerca posible a su cuerpo. Esto evitará la congelación y la baja de la potencia de las baterías fruto del frío.
Si la cámara tiene partes metálicas, usa guantes para que la piel no se pegue al metal. Es muy factible que antes que eso suceda, la cámara haya dejado de funcionar, por lo que no es mala idea comprobar sus funciones antes.
Uno o varios juegos de baterías y pilas, nunca estarán de más y serán muy bienvenidas. No las transportes en la mochila, lo mejor es guardarlas en el bolsillo interior de su abrigo para que mantengan la temperatura y su correcto funcionamiento por más tiempo.
Las bajas temperaturas suelen hacer que las cámaras funcionen mal o que las baterías se gasten más rápidamente.
El calor
Las altas temperaturas tampoco son aliadas de las cámaras y menos de las digitales, teniendo el mismo efecto que las bajas temperaturas.
Habrá que tener en cuenta que para quienes manejen equipos de color negro, la temperatura que puede alcanzar su equipo podrá ser muy superior a la temperatura ambiente.
Nunca dejes tu cámara en la guantera o baúl del coche cuando éste haya quedado debajo de los rayos del sol, dado que la temperatura en el interior podría llegar a ser muy elevada y dañar tu equipo.
En zonas desérticas o donde haya viento y/o arena, aparte de proteger el equipo del calor y de los rayos del sol, tendrá que prestar especial atención en protegerla del polvo y la aréna.
Colóquela dentro de una bolsa de plástico tanto cuando la guarde dentro de su mochila, como cuando la use al aire libre en el caso que haya mucha arena, polvo o viento en el ambiente.
La humedad
Si el destino al que planeas ir es muy húmedo (selva, zonas tropicales, etc.), asegúrese de llevar algunas bolsitas de “selica gel” que ayuden a que sus baterías, pilas y memorias no se humedezcan; las que también son muy útiles para prevenir la formación de hongos en los lentes.
Si te sorprende la lluvia o te encuentras en una zona de cascadas donde haya mucha agua, es recomendable siempre llevar algún protector plástico para la cámara, pero si no cuenta con uno, cualquier bolsa plástica –en especial las utilizadas para congelar alimentos- será de mucha ayuda; permitiéndole no solo proteger el equipo dentro del bolso, sino incluso poder continuar tomando fotos bajo la lluvia.
Si por accidente llegara a mojar su cámara, apágala lo antes posible. Quita las baterías o pilas así como la tarjeta de memoria y déjala secar un par de días. Si transcurrido ese tiempo no funciona, deberás llevarla al service.
En caso de lluvia es importante contar con una protección adecuada que proteja nuestro equipo, en muchos casos una simple bolsa plástica puede dar muy buenos resultados.
Para quienes solemos andar por zonas pantanosas, es importante siempre llevar la cámara colgada del cuello y transitar despacio y con cuidado, asegurando cada paso y evitando que la cámara tome contacto con el agua.
El polvo
Un solo grano de arena o de tierra puede tirar por la borda muchas fotografías y más si éste se instala en el sensor de nuestra cámara; por esta razón aquellas personas que utilicen equipos réflex tendrán que extremar sus cuidados a la hora de cambiar los lentes, asegurándose de ubicarse en zonas donde no haya viento ni brisa que pueda levantar partículas de polvo que, luego, se pueden instalar en su sensor haciendo que éstas aparezcan en todas sus fotografías.
Una manera de evitarlo es colocándose en una zona donde no haya viento (dentro de una casa, del coche, etc) y siempre colocando el cuerpo de la cámara mirando hacia abajo hasta que se haya colocado el nuevo lente, de esta manea minimizará las posibilidades que una partícula de polvo ingrese en su equipo.
De suceder, si bien existen actualmente algunos artefactos para limpiar los sensores, siempre es recomendable enviar el cuerpo de la cámara a un service reconocido para que realice esta tarea, ya que estamos hablando de limpiar la parte más sensible de nuestro equipo.
Si, por el contrario, cuentas con una cámara analógica, las partículas de arena suelen hacer estragos cuando se infiltran en el mecanismo de la cámara bloqueándolo o dañando el aro del objetivo o enfoque. Un solo grano de arena cerca de la película, hará que todas sus imágenes se vayan rayando en la medida que la película avanza.
Las lentes
El estado de nuestros objetivos está directamente relacionado con la calidad de fotografías que tomamos, por lo que es muy importante mantener limpias y protegidas nuestras lentes, ya que no sería la primera vez que una foto se arruine por descubrir en ella un diminuto grano de polvo que se mostrará agigantado en nuestra toma, o una huella dactilar que hace que cierta parte de la imagen no tenga nitidez.
Las lentes están formadas por cristales y el cristal se raya; esto no debemos olvidarlo nunca y menos cuando decidimos limpiar la lente con cualquier trozo de tela que encontremos a mano, ya que los daños ocasionados pueden llegar a ser irreparables.
Si tiene una cámara réflex, en el peor de los casos podrá cambiar el lente; pero de contar con una compacta, el error lo acompañará hasta el final de sus días.
Lo más recomendable –en el caso de las réflex- es que cada lente este acompañado de su correspondiente filtro UV o Skyligth, el mismo lo mantendrá protegido contra golpes y principalmente contra las ralladuras, siendo su uso fundamental especialmente en la playa dado que ofrecen una gran protección ante la arena y la sal.
Su uso no tiene un efecto sobre sus fotos y proporcionan un gran nivel de protección.
Si cuenta con una cámara compacta, hacerse de un kit de limpieza especial para lentes no será mala idea. No se limite a una simple gamuza y adquiera el líquido limpiador especial para lentes. En el caso que se termine en la mitad de una jornada, no haga inventos caseros, ya que un líquido no específico puede acabar con la capa protectora de la lente y dejar huellas o marcas irreparables.
Otros accesorios
Parasol: Su función principal es evitar reflejos no deseados en las fotos los días muy luminosos; pero funcionan muy bien como protección manteniendo el cristal alejando del punto de impacto en el caso de los golpes o caídas.
Tapas: Cada vez que no estés usando la cámara, asegúrate de colocarle su correspondiente tapa; el dejar el objetivo sin tapa o llevar la cámara apuntando al sol muchas veces provoca quemaduras solares en el obturador.
Correa: Asegúrate de contar con una correa resistente y cómoda, dado que la misma será de mucha utilidad al transitar largos trechos con la cámara colgando del cuello. Nunca lleve la cámara sostenida con una mano y con su correa colgando, dado que la misma puede enredarse en algún objeto (rama, piedra, etc) sin darse cuenta y terminar en el piso.
Si deseas llevar tu equipo sosteniéndolo con una mano, enróscate la correa en la muñeca. Si, por el contrario, la sostiene con el trípode, la correa deberá ir en tu cuello; dado que un mal movimiento o fuertes vientos –en el caso que el trípode no sea demasiado resistente- puede hacer que todo el equipo caiga al piso.
Otros tips
Tanto memorias como filtros, deberán llevarse dentro de estuches especiales que los mantengan protegidos. Existen fundas específicas para las tarjetas de memoria que las protegen de la humedad, el polvo y los golpes.
Para las pantallas LCD es recomendable aplicarle protectores plásticos (similares a los que usan los móviles). Si necesitas limpiarlo, puedes utilizar –con mucho cuidado- un paño o gamuza suave y seco.
Cuando regreses a casa, asegúrese de limpiar cuidadosamente todo el equipo y guardarlo en lugares ventilados y con poca humedad. Los hongos pueden llegar a arruinar un objetivo sin posibilidad de recuperarlo.
Si ha introducido tu trípode en el agua o el barro, enjuágalo correctamente con agua dulce, de esa manera eliminará el barro o la sal que podrían dañarlo.
Los pasos a seguir para una correcta limpieza de la cámara fotográfica son los siguientes:
– Elimina todo el polvo por medio de una pera de aire o con una brocha de pelo suave.
– Coloca un par de gotitas del líquido limpiador sobre la gamuza. Nunca lo hagas sobre el lente directamente, de esa manera evitará excesos de fluido sobre el cristal.
– Pasa la gamuza de manera circular sobre toda la superficie del lente, de adentro y hacia fuera.
– Espera unos minutos a que se seque completamente. De ser necesario, repase las esquinas nuevamente.
– De comprobar que no ha quedado suficientemente limpia, repite los pasos anteriores.
por Belén Etchegaray © FNA – Fotografía de Naturaleza Argentina
www.fnaweb.org
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