El equipo fotográfico
La mochila
La estrella indiscutible a la hora de hablar de protección de nuestro equipo, es la mochila. Más allá de ser amplia y cómoda, tendrá que asegurarte que sea lo suficientemente “mullida” como para soportar caídas y golpes sin que el equipo salga afectado.
Es una de las inversiones que más valen la pena, dado que nunca estamos exentos de tropezar, caer y resbalar en nuestras caminatas poniendo en riesgo nuestro equipo.
Existen en el mercado variados modelos y precios, busque aquel que se adapte mejor al equipo que posea, pero no escatime en hacer una buena inversión dado que, en caso de accidente, siempre agradecerá haber gastado un poco más en una mochila adecuada gracias a la cual se habrá ahorrado tener que enviar al service o cambiar gran parte de su equipo.
Teniendo en cuenta que solemos movernos por lugares solitarios, no es mala idea buscar un modelo que no delate que llevamos un equipo fotográfico; de esta manera podremos caminar tranquilos
sin estar pendiente de eventuales robos.
De igual manera, será de mucha utilidad que la misma cuente con una protección impermeable que la resguarde de la lluvia. De no contar con ella, una bolsa plástica de buen tamaño (de consorcio o similar) será de mucha ayuda para envolver y proteger toda la mochila en caso que la lluvia lo sorprenda a mitad de camino. Llévela siempre como parte de su equipo.
Los bolsos especiales son ideales para proteger el equipo en caso de caídas. También puede colocarlos dentro de otra mochila para que, de esta manera, nadie denote que llevamos un equipo fotográfico mientras lo mantenemos protegido de los accidentes.
En oferta de bolsos y mochilas especialmente diseñadas. No escatime dinero a la hora de buscar aquella que considere más segura y que protegerá mejor a su equipo.
Si no deseamos llevar nuestra mochila fotográfica, se puede optar por cualquier mochila siempre que dentro nuestro equipo se encuentre debidamente protegido con bolsos especiales de menor tamaño.
El frío
Si planea hacer fotografías en invierno, tendrá que tener en cuenta que a temperaturas extremas deberá también extremar las precauciones.
En ambientes con temperaturas muy bajas puede que su equipo no responda correctamente, e incluso que deje de funcionar; sin descontar que las baterías y pilas durarán menos.
Para solucionar esto, proteja la cámara con la temperatura corporal manteniéndola lo más cerca posible a su cuerpo. Esto evitará la congelación y la baja de la potencia de las baterías fruto del frío.
Si la cámara tiene partes metálicas, use guantes para que la piel no se pegue al metal. Es muy factible que antes que eso suceda, la cámara haya dejado de funcionar, por lo que no es mala idea comprobar sus funciones antes.
Uno o varios juegos de baterías y pilas, nunca estarán de más y serán muy bienvenidas. No las transporte en la mochila, lo mejor es guardarlas en el bolsillo interior de su abrigo para que mantengan la temperatura y su correcto funcionamiento
por más tiempo.
Las bajas temperaturas suelen hacer que las cámaras funcionen mal o que las baterías se gasten más rápidamente.
El calor
Las altas temperaturas tampoco son aliadas de las cámaras y menos de las digitales, teniendo el mismo efecto
que las bajas temperaturas.
Habrá que tener en cuenta que para quienes manejen equipos de color negro, la temperatura que puede alcanzar su equipo podrá ser muy superior a la temperatura ambiente.
Nunca deje su cámara en la guantera o baúl del coche cuando éste haya quedado debajo de los rayos del sol, dado
que la temperatura en el interior podría llegar a ser muy
elevada y dañar el equipo.
En zonas desérticas o donde haya viento
y/o arena, aparte de proteger el equipo del calor y de los rayos
del sol, tendrá que prestar especial atención en
protegerla del polvo y la arena.
Colóquela dentro de una bolsa de plástico tanto
cuando la guarde dentro de su mochila, como cuando la use al aire
libre en el caso que haya mucha arena, polvo o viento en el ambiente.
La humedad
Si el destino al que planea ir es muy húmedo
(selva, zonas tropicales, etc.), asegúrese de llevar algunas
bolsitas de “selica gel” que ayuden a que sus baterías,
pilas y memorias no se humedezcan; las que también son
muy útiles para prevenir la formación de hongos
en los lentes.
Si lo sorprende la lluvia o se encuentra en una zona de cascadas
donde haya mucha agua, es recomendable siempre llevar algún
protector plástico para la cámara, pero si no cuenta
con uno, cualquier bolsa plástica –en especial las
utilizadas para congelar alimentos- será de mucha ayuda;
permitiéndole no solo proteger el equipo dentro del bolso,
sino incluso poder continuar tomando fotos bajo la lluvia.
Si por accidente llegara a mojar su cámara, apáguela
lo antes posible. Quite las baterías o pilas así
como la tarjeta de memoria y déjela secar un par de días.
Si transcurrido ese tiempo no funciona, deberá llevarla
al service.
En caso de lluvia es importante contar con una protección adecuada que proteja nuestro equipo,
en muchos casos una simple bolsa plástica puede dar muy
buenos resultados.
Para quienes solemos andar por zonas pantanosas, es importante siempre llevar la cámara colgada del cuello y transitar despacio y con cuidado, asegurando cada paso y evitando que la cámara tome contacto con el agua.